Recuerdo el zaguan de la casa de mis abuelos con una enorme mesa puesta en el corredor forrada con papel roca musgo y heno, en ella se reproducía cada año un tradicional nacimiento, incluso a veces hacían consursos en el pueblo de cuál era el mejor, eran enormes, tenía praderas verdes de muzgo donde los pastores y sus ovejas pastaban acercandose cada día al pesebre donde nacería Jesús., Estaba el desierto hecho con arena y tiendas y un elefante, un caballo y un camello y claro los tres reyes magos, los sabios de oriente viendo la estrella de Belén en el cenit del cielo raso adornado de un pellón con enorme firmamento, había un estaque de peces hecho con espuma de ángel y papel metalico rodeado de piedritas, en él había pequeños animales hechos de cerámica, peces, patos y hasta un cisne blanco, estaba la cueva del ermitaño, un diablo y la señora tamalera, y otros personajes de la imaginería popular, en el pesebre hecho de paja, madera y papel roca estaba la sagrada familia, el buey y la mula y claro también un gran ángel azul... todos las figuras eran hechas de barro de Tlaquepaque, pues cada año Doña María llevaba sus fíguras a vender desde la villa alfarera, no faltaban los inquietos niños que quebraban o desaparecían alguna fígura durante la temporada, por lo que se reponían las piezas faltantes cada año o se agregaban nuevas, luego de pasar un año guardados en una petaca metalica donde se guardaban las cosas de navidad.
Esta tradición se remonta a casi 2000 años de historia, el siglo II el papa Telesforo elige el 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Jesús, tradición que se sincretiza con las fiestas paganas del solsticio de invierno, la idea era desterrar las fiestas dionisiacas con sus excesos por una festividad religiosa más familiar y piadosa, la forma de difundir dicha festivad era por medio de obras teatrales donde se reproducía la historia del nacimiento en Belén de Juda, con los todos los elementos narrados en los evangelios.
San
Francisco de Asís, nacido en 1182 en Asís, Italia, quien después de
conseguir una autorización del Papa Honorio III., instaló el primer
Nacimiento en la ermita de Greccio, en 1223. El religioso celebró el
nacimiento de Jesús, colocando un altar frente a la ermita con una
escenografía mínima; colocó luminarias por el monte y repartió hachas
encendidas entre los frailes y los campesinos que lo acompañaban, lo que
atrajo a muchos habitantes de la ciudad de Greccio. Él cantó el
Evangelio invitando a todos a participar en el nacimiento del redentor y
los campesinos reprodujeron el histórico acontecimiento. Tiempo
después, sobre el pesebre de Greccio se erigió una iglesia en
conmemoración de San Francisco.
Durante la alta edad media se popularizaron estas representaciones pero poco a poco fueron cambiando de teatrales a conjuntos escultoricos y con piezas hechas de cerámica principalmente.
En España para 1492 ya era muy popular que las grandes ciudades y ayuntamiento colocaban su "Belén" como le dicen por allá, incluso en Portugal se desarrollo una fuerte industria de carámica policromada. Rey
Carlos III promovió la difusión de los Nacimientos en la Península
Ibérica. Al viajar de Italia a España llevó consigo el gusto por la
representación sagrada y pronto encargó a varios artistas valencianos un
Nacimiento para su hijo, el futuro Rey Carlos IV, que causó gran
asombro entre la nobleza peninsular. Así proliferó la producción de Nacimientos, algunos de los
cuales todavía se conservan en Museos españoles.
Al comenzar la colonia en tierras americanas está tradición se desarrollo con gran éxito en la Nueva España, en concreto se afianzo en el centro occidente, es en este punto donde se desarrollan algunas poblaciones con tradición de cerámica artesanal como productoras de nacimientos destacando San Pedro Tlaquepaque, que hasta el día de hoy es el más importante fabricante de nacimientos en el país, los artesanos cada año participan en tianguis navideños a lo largo y ancho de la república mexicana, llevando sus piezas a todos los confines del país, con su calidad y belleza.
Los
artesanos mexicanos asimilaron rápidamente las técnicas artísticas
traídas de Europa, de manera que las maderas estofadas y policromadas
fueron comunes en los Nacimientos mexicanos de la Colonia. Al paso del
tiempo, las figuras se hacían con ropa más elaborada, que procedía de
conventos y casas particulares. Las caras, pies y manos eran
generalmente de cera o barro, luego el Nacimiento se modificó hasta
llegar a ser una abigarrada mezcla de estilos y motivos en los que
aparece el portal rodeado de magueyes, guajolotes, pastores y tipos
populares del México romántico del siglo XIX: el carbonero, el cazador,
la tamalera, etc., hechos de barro, cera, madera, de fibras vegetales,
hojalata, trapo y de todo material que corresponde a las ramas
artesanales del país.
Algunos de los nacimientos que se producen en Tlaquepaque han llegado a los más altos estandares de reconocimento, incluso a ser exhibidos en museos de artes populares y adornar ciudades y centros religiosos de muchas iglesias, plazas, edificios y casas particulares, destacandose el mismísimo Vaticano.
Actualmente hay muchas galerías, tiendas y alfarerías en San Pedro Tlaquepaque que ofrecen gran variedad de nacimientos en los materiales más diversos, cerámica, hoja de maíz, tela, hojalata, tallas en madera etc. etc. no dejes de visitar la villa alfarera y comprar tus artículos decorativos navideños... Tlaquepaque con sabor a tradición.
Sin duda recorde a mis abues.
ResponderEliminarRecuerdos de la infancia. Saludos.
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