martes, 17 de diciembre de 2013

Historia de los Nacimientos San Pedro Tlaquepaque

Recuerdo el zaguan de la casa de mis abuelos con una enorme mesa puesta en el corredor forrada con papel roca musgo y heno, en ella se reproducía cada año un  tradicional nacimiento, incluso a veces hacían consursos en el pueblo de cuál era el mejor, eran enormes, tenía praderas verdes de muzgo donde los pastores y sus ovejas pastaban acercandose cada día al pesebre donde nacería Jesús., Estaba el desierto hecho con arena  y tiendas y un elefante, un caballo y un camello y claro los tres reyes magos, los sabios de oriente viendo la estrella de Belén en el cenit del cielo raso adornado de un pellón con enorme firmamento, había un estaque de peces hecho con espuma de ángel y papel metalico rodeado de piedritas, en él había pequeños animales hechos de cerámica, peces, patos y hasta un cisne blanco,  estaba la cueva del ermitaño, un diablo y la señora tamalera,  y otros personajes de la imaginería popular, en el pesebre hecho de paja,  madera y papel roca estaba la sagrada familia, el buey y la mula y claro también  un gran ángel  azul... todos las figuras eran hechas de barro de Tlaquepaque, pues cada año Doña María llevaba  sus fíguras a vender desde la villa alfarera, no faltaban los inquietos  niños que quebraban o desaparecían alguna fígura durante la temporada, por lo que  se reponían las piezas faltantes cada año o se agregaban nuevas,   luego de pasar un año guardados en una petaca metalica donde se guardaban las cosas de navidad.


Esta tradición se remonta a casi 2000 años de historia, el siglo II el papa Telesforo elige el 25 de diciembre para celebrar el nacimiento de Jesús,  tradición que se sincretiza con las fiestas paganas del solsticio de invierno, la idea era desterrar las fiestas dionisiacas con sus excesos por una festividad religiosa  más  familiar y piadosa, la forma de difundir dicha festivad era por medio de obras teatrales donde se reproducía la historia del nacimiento en Belén de Juda, con los  todos los elementos narrados en los evangelios.


San Francisco de Asís, nacido en 1182 en Asís, Italia, quien después de conseguir una autorización del Papa Honorio III., instaló el primer Nacimiento en la ermita de Greccio, en 1223. El religioso celebró el nacimiento de Jesús, colocando un altar frente a la ermita con una escenografía mínima; colocó luminarias por el monte y repartió hachas encendidas entre los frailes y los campesinos que lo acompañaban, lo que atrajo a muchos habitantes de la ciudad de Greccio. Él cantó el Evangelio invitando a todos a participar en el nacimiento del redentor y los campesinos reprodujeron el histórico acontecimiento. Tiempo después, sobre el pesebre de Greccio se erigió una iglesia en conmemoración de San Francisco.


Durante la alta edad media se popularizaron  estas representaciones pero poco a poco fueron cambiando de  teatrales a conjuntos escultoricos y con piezas hechas de  cerámica principalmente.

En España para 1492  ya era muy popular que las grandes ciudades y ayuntamiento colocaban su "Belén" como le dicen por allá, incluso en Portugal se desarrollo una fuerte industria de carámica policromada. Rey Carlos III promovió la difusión de los Nacimientos en la Península Ibérica. Al viajar de Italia a España llevó consigo el gusto por la representación sagrada y pronto encargó a varios artistas valencianos un Nacimiento para su hijo, el futuro Rey Carlos IV, que causó gran asombro entre la nobleza peninsular.  Así proliferó la producción de Nacimientos, algunos de los cuales todavía se conservan en Museos españoles.


Al comenzar la colonia en tierras americanas está tradición se desarrollo con gran éxito en la Nueva España,  en concreto  se  afianzo en el centro occidente, es en este punto donde se desarrollan algunas poblaciones con tradición de cerámica artesanal como productoras de nacimientos destacando  San Pedro Tlaquepaque, que hasta el día de hoy es el más importante fabricante de nacimientos en el país, los artesanos cada año participan en tianguis navideños  a lo largo y ancho de la república mexicana, llevando sus piezas  a todos los confines del país, con su calidad y belleza.

Los artesanos mexicanos asimilaron rápidamente las técnicas artísticas traídas de Europa, de manera que las maderas estofadas y policromadas fueron comunes en los Nacimientos mexicanos de la Colonia. Al paso del tiempo, las figuras se hacían con ropa más elaborada, que procedía de conventos y casas particulares. Las caras, pies y manos eran generalmente de cera o barro, luego el Nacimiento se modificó hasta llegar a ser una abigarrada mezcla de estilos y motivos en los que aparece el portal rodeado de magueyes, guajolotes, pastores y tipos populares del México romántico del siglo XIX: el carbonero, el cazador, la tamalera, etc., hechos de barro, cera, madera, de fibras vegetales, hojalata, trapo y de todo material que corresponde a las ramas artesanales del país. 




Algunos de los nacimientos que se producen en Tlaquepaque  han llegado a los más altos estandares de reconocimento, incluso a ser exhibidos en museos de artes populares y adornar ciudades  y centros  religiosos de muchas  iglesias, plazas, edificios y casas particulares, destacandose el mismísimo Vaticano.
Actualmente hay muchas galerías, tiendas y alfarerías en San Pedro Tlaquepaque que ofrecen gran variedad de nacimientos en los materiales más diversos, cerámica, hoja de maíz, tela,  hojalata, tallas en madera etc. etc. no  dejes de visitar la villa alfarera y comprar tus artículos decorativos navideños... Tlaquepaque con sabor a tradición.

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