Sin duda Santa Anita es uno de esos rincores remotos pero cercanos en el corazón de nuestro municipio, San Pedro Tlaquepaque, a pesar de ser parte del mismo municipio lo separan más de 20 kilometros de la cabecera municipal, está delegación municipal se remonta a la época precolombina pero su fundación como el actual pueblo se da en el marco de la evangelización de orden franciscana en una ruta que se extiende desde el lago de Cajititlan hasta Zapopan y que más tarde llegar´ía a lugares tan lejanos como Alta California o Arizona y Nuevo México.
Sobre Santa Anita tengo muchóisimas anecdotas pues he conocido muchas personas que voiven o han vivido en ese bonito terruño, como Don Chuy un buen amigo de la familia que tenía campos de labriego donde se cosechaban horalizas, algunas de ellas por su calidad incluso se exportaban, recuerdo a don Jesús con un gran parecido físico a mi abuelo, quizá por eso es que le tuve especial cariño.
También a mi amigo Ricardo uuna de las personas más importantes de mi vida que siempre ha estado muy cercano en mis afectos, y que era natural del poblado y que promovia incanzablemente y aún lo hace, un hombre con especial devoción religiosa por la virgen de Santa Anita y que disfrutaba las fiestas con especial gusto y que gracias a su espíritu festivo me llevo a conocer el lugar.
También he trabajado ahí, en sus colonias, sus fraccionamientos, hablando con sus personajes como el alegre Ing. Jules, y bueno otras muchas más personas, todas muy orgullosas de haber nacido en ese extremo municipal tan lejos de San Pedro como dicen y tan cerquita del cielo.
El 2 de febrero se celebra la virgen de la Candelaria, la tradición romana y quizá etrusca o más antigua celebraba la fiesta de la luz, de la Candela., Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del Encuentro, posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial. Aunque según otros investigadores, esta fiesta tuvo su origen en la antigua Roma, donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales. Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas en las manos de los fieles.
Aunque en la hispania posterior la celebración proviene de Tenerife en las Islas Canarias, justo en el siglo XV previo al descubrimiento de las Américas y por ser este territorio insular tan próximo a las rutas comerciales a las nuevas tierras muy pronto esta advocación ganó popularidad principalmente en Cuba, en México hay diferentes celebraciones de la Candelaria destacando se por eñl número de sus peregrinos la de San Juan de los Lagos en los Altos de Jalisco y Tlacotalpan en el estado de Veracruz, pero también en Santa Anita tienes especial auge.
Otras localidades en México donde se celebra está festividad son Tacubaya, la Candelaria en Campeche y Zumpango en Hidalgo.
Una de las particularidades en México es el pago de tamales a partir de encontrar el niño en la Rosca de Reyes, está tradición tiene órigenes híbridos como el platillo en cuestión.
El ritual del Día de la Candela de chocolate espumoso o atole
de diversos sabores. Todo el ritual que significa la celebración del
Día de la Candelaria es resultado del sincretismo de dos culturas y
religiones: la católica, que remite a cuando la Virgen María llevó al
niño Jesús al templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al rendir culto a los dioses.
La tradición prehispánica establecía que se debía llevar tamales cuando se rendía culto a Tláloc, a Chalchiuhtlicue
(dioses del agua) y a los tlaloques (ayudantes del primero), quienes
derramaban su lluvia sobre la tierra asegurando así buenas cosechas. Tal
festividad se asocia e integra a la celebración católica que también se
hace coincidir con la fertilidad de la tierra y los beneficios del
agua.
El fraile español Bernardino de Sahagún, en sus escritos, se refiere a
la gran variedad de tamales que se podían encontrar en los mercados de
aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los banquetes del
emperador Moctezuma. Esta comida tiene mucha influencia azteca. En aquel entonces los tamales los rellenaban con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes de faisanes, codornices y pavos. Los preparaban con semillas de ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto utilizaban carnes de xulo o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y venado y los envolvían en hojas de plátano o maíz.
En lo relativo a Santa Anita en San Pedro Tlaquepaque uno puede degustar también tamales y gran variedad de platillos típicos de la región occidente y algunos del centro y sur del país, hay juegos pirotecnicos, juegos mécanicos e infantiles y en general el pueblo se viste de gala.
El Santuario de la virgen de Santa Anita es una fiusión de elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos y es sin duda considerada una de las iiglesias más bellas del estado, posee además un gran claustro y un amplio atrio.
En lejanos ayeres el poblado fue un asentamiento de los indios Tlaxomulcas
Ostenta el título de abogada de lo enfermos y hay milagros datados desde hace más de 300 años, llamadonse Atlixtac originalmente Agua blanca en nahuatl, luego de la guerra del Mixtón se agruparo el poblado ya con el nombre de Santa Anita, siendo desde entnces el segundo núcleo poblacional de Tlaquepaque hasta la expansión de la ZMG que ahora conecta ambas poblaciones con la ciudad, sobre todo en los últimos 15 años que hubo un boom demografico e inmobiliario, llegando a los 20mil habitantes en el centro de la población.
Existen varias versiones acerca de la llegada de la Imagen de la
Virgen entre 1530 y 1535, algunos historiadores dicen que fue donada por
Fr. Antonio de Segovia, otros dicen que fue Fr. Miguel de Bolonia, pero
no son exactas estas versiones, la más acertada es la de un fraile
ermitaño que provenía de España y que pasaba por el pueblo y se
encontraba enfermo, lo recibió una india de nombre Justina o Agustina
(quien ya se había convertido al catolicismo) ya que era una excelente
curandera y la única del poblado, ahí Justina cuidó al ermitaño hasta su
muerte, después la india tuvo que hacerse cargo de la imagen que el
ermitaño traía consigo, Justina ocultó a la imagen y varios días después
la imagen comenzó a manifestar maravillas.
Cuando Justina iba a visitar algún enfermo para tratar de curarlo con
hierbas medicinales, colocaba unas candelas a los pies de la sagrada
imagen para rogar por el enfermo, un día al prender las velas observó en
el rostro de la virgen cambiaba de color, se dio cuenta que era una
señal milagrosa y notó que cuando el rostro cambiaba a moreno, sin luz y
trigueño era señal de que el enfermo moriría indiscutiblemente,
regresaba a la casa de la persona y le comentaba que su muerte estaba
pronta y que lo único que podría hacer era disponerse al señor para una
buena muerte, en cambio cuando Justina observaba el rostro vivo,
encarnecido y chapeteado era señal de que el enfermo sanaría y viviría,
volvía con el enfermo y se disponía a curarlo para que este sanara
pronto por la intersección de la Virgen María.
Estos hechos se repitieron con tranquilidad hasta que Justina fue
llamada por las autoridades eclesiásticas para comprobar tal hecho que
es considerado como uno de los grandes milagros de Ntra. Sra. de Santa
Anita, con el tiempo la india Justina murió y los pobladores optaron por
que la imagen fuera llevada a la capilla del hospital que se encontraba
frente al templo de la Señora Santa Ana, quien fuera patrona principal
del pueblo. En 1700 se puede decir que la imagen obtuvo un nivel de
culto más grande que el de la población ya que muchos viajeros ya habían
escuchado del poder milagroso de la venerada imagen, ésta fue
trasladada al templo donde se encontraba la Señora Santa Ana, el P.
Téllez cambió las vestiduras rotas de la imagen y le colocó nuevas,
después echó suertes de los misterios para darle una advocación y nombre
a la virgen, la advocación fue la de la Asunción y su fiesta comenzó a
celebrarse el 15 de Agosto, después en 1776 la advocación se cambió a la
Ntra. Sra. de La Candelaria o Santa María de la Purificación,
celebrándose a partir de 1782 cada dos de febrero como fiesta patronal.
Pertenece al mismo tipo de tallas en pasta de caña en cuanto a tamaño con joyas y atavios similares a la virgen de Talpa, Zapopan y San Juan de los Lagos.
Wow, cuánta historia y cuánta mezcla de tradiciones. Me encanta la fachada de la iglesia, Álvaro, es bellísima, con todos esos detalles y las columnas salomónicas, a semejanza del templo de Jerusalén. Es extraña la historia de la curandera Justina, sin duda tenía conexión con los poderes sobrenaturales. Y el maíz siempre como alimento sagrado, como una conexión entre lo humano y lo divino. Interesantísimo. Besos.
ResponderEliminarQue bueno que te guste Cari, ya quisiera ir yo a conocer Las Palmas o Tenerife.
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